Blogia
villaclara

Raúl Nieves Mestre

Raúl Nieves Mestre
 

 

Raúl Nieves Mestre

Santa Clara, 27 noviembre 1936 - Ciudad Habana, 11 enero 2003

Nació el 27 de Noviembre de 1936, el mismo día en que se conmemoraba el 65 aniversario del fusilamiento de ocho jóvenes estudiantes de medicina en la ciudad de La Habana, culpables del delito de ser cubanos y cuya muerte fue el escarmiento que ideó el colonialismo español para amortiguar los efectos que provocó en la capital cubana el rescate del habanero Julio Sanguily, llevado a cabo por la caballería de Ignacio Agramonte.

Desde la infancia Raúl conoció la pobreza, el padre estaba días y a veces semanas, ausente del hogar en su actividad de agente ganadero que recorría las tierras del sur villareño, desde Santa Clara a Trinidad y desde Sancti Spíritus a Cienfuegos, por veredas, barrancos y bosques, negociando y trasladando ganado, con el fin de procurar cortos períodos de mejora económica para la vida de su larga familia. Tales trabajos vencieron su organismo y los hijos quedaron huérfanos. Raúl, el más pequeño de los nueve hijos del matrimonio de Josefa Mestre Lirios con Manuel Nieves Piloto, quedó huérfano de padre a los cuatro años.

La familia tiene que mudarse a un barrio más humilde y enfrentar la lucha contra la pobreza que se les ha vuelto más desigual: Josefa no sólo trabaja para la sobrevivencia de los hijos lavando, fabricando dulces para que sus hijos los vendieran haciendo los mismos milagros de subsistencia de miles de familias cubanas, que igual que hoy por causa del bloqueo norteamericano, lucharon por su prole con desesperación y valor; milita con singular instinto social en la oposición a los gobiernos del partido “auténtico” de Grau y Carlos Prío y posteriormente participará con sus hijos en la lucha contra la última dictadura batistiana.

En 1948, cuando Raúl cumple 12 años empieza su vida laboral, despierta su conciencia social y mediante conversaciones, lecturas de prensa y comentarios en el hogar, conoce de los tiroteos y atentados cotidianos que se efectúan entre bandas de gansters, de la acción de los cuerpos represivos contra obreros y campesinos, de grupos paramilitares o bonchistas que en la Universidad ultiman a dirigentes estudiantiles y profesores universitarios. Es así que conoce de la muerte del líder azucarero comunista Jesús Menéndez, del asesinato del dirigente campesino Sabino Pupo, del de un ex-Presidente de la FEU y de un vice-Presidente de la organización en funciones. La llegada al poder de Carlos Prío en 1949, aporta la muerte del dirigente portuario Aracelio Iglesias y el dirigente azucarero Amancio Rodriguez, el asalto y Robo del Royal Bank of Canada, se aumentan las tarifas del pasaje por ómnibus, hay huelgas en clínicas y hospitales por reclamos salariales y una brutal ofensiva contra los dirigentes obreros en todos los sindicatos del país, que tienen su máxima expresión en luchas campales en Morón y Holguín. Todo esto expresaba el desarrollo de la Guerra Fría ejecutada en nuestro país por los jefes del “autenticismo”, para hacer retroceder las pocas conquistas que habían logrado los sectores más pobres en la frustrada Revolución de 1933.

Herederos de Batista en los robos al presupuesto nacional y de sus relaciones con la mafia norteamericana, los gobiernos “auténticos” hicieron todo lo posible para superar a su antecesor, el escándalo de los Prío (el Presidente Carlos y su hermano Antonio), fue expresado en su clímax por una canción popular (prohibida por el régimen), que denunciaba la conexión con la cocaína:

“Quiero cocaleca
Dame cocaleca
Vamos a la playa
Que la mar está seca.”

Ese ambiente se convierte en terreno fértil para la propaganda de Chibás contenida en su lema: “Vergüenza contra Dinero” y su creciente popularidad hace que Raúl Nieves se incorpore a la Juventud Ortodoxa, siguiendo los pasos de sus hermanos Luciano y Leandro. El golpe de Estado de 1952, verosímilmente arreglado entre Batista, la embajada norteamericana y Prío, junto a la desaparición reciente de Eduardo Chibás, sumió en un desconcierto generalizado a la población.

El 10 de Marzo de 1952 participa en la toma del Ayuntamiento de Santa Clara como protesta ante el golpe de Estado. El 27 de Noviembre del propio año en el Instituto de Segunda Enseñanza de la capital provincial, se organizó una velada en recordación de esa trágica fecha. De pronto, cuando el orador iniciaba el panegírico, fue interrumpido por la estentórea voz de Raúl que gritó: Abajo Batista, lo que provocó que parte del auditorio se sumara a la protesta y el acto se transformó en una jornada de energía revolucionaria.

Sin embargo, un humilde limpiabotas villareño: José Antonio Machado Bravo (Laíto), con perspicacia política observa que en la dirección nacional y provincial del Partido Ortodoxo han empezado a ocupar cargos numerosos latifundistas. Para enfrentar el hecho convoca a varios amigos, entre ellos a Raúl Nieves y van juntos al Gobierno Provincial e inscriben una organización propia: el Movimiento Activista Ortodoxo.

La alta dirigencia del PPC comprende que algo inusitado se le está presentando a la organización cuando sale a la luz el Boletín No. 1 titulado “A la Opinión Pública”, donde dicho movimiento denuncia a un politiquero local, por sus “ comentarios políticos del periódico el Villareño “

Entre las primeras firmas está la de Raúl Nieves. El tono perentorio revela la vocación de acción que anima a los integrantes del Movimiento Activista y provocó inquietudes en la apacible dirigencia del PPC, que en breve envió al Dr. Roberto Agramonte a contemporizar con aquellos jóvenes quienes, por otra parte no podían ser desautorizados, ni criticados por una actitud tan militante a favor del programa político que decían defender los sucesores de Eduardo Chibás.

La única institución con tradiciones de lucha popular, la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), creada por el formidable Julio Antonio Mella, estaba en manos del gansterismo universitario o “Bonche”, salvo excepciones aisladas y no pudo inicialmente jugar su papel de aglutinador de la rebeldía popular.

A medida que el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) iba retrocediendo en su táctica y sus dirigentes trataban de maniobrar para arrancar concesiones a la tiranía, Raúl Nieves y varios de sus amigos se fueron radicalizando. Sorpresivamente, el ataque al cuartel Moncada reveló a sus ojos que un nuevo líder, con una táctica y un programa superior, aparecía en el ámbito político del país y ya, para siempre, Raúl admitió el liderazgo político de Fidel.

El 26 de Julio de 1953 había abierto una pequeña grieta en aquel tenebroso muro de la tiranía, por donde se filtró una luz de futuro. Por esa brecha penetraron como una tromba José Antonio Echeverría y sus compañeros: limpiaron la FEU de gansters y parásitos gubernamentales. La FEU situó en el plano de la lucha nacional a todo el estudiantado de la segunda enseñanza y José Antonio, con la fuerza de un movimiento juvenil nacional, encabezó la campaña de amnistía a favor de Fidel y sus compañeros. A esas actividades impulsadas por el Instituto de Santa Clara, se incorporó Raúl. La huelga azucarera de 1955 y la batalla contra el canal Vía Cuba, que pretendía convertir en una Panamá antillana al país, contaron con su participación.

El Moncada y el proceso que desencadenó, llevaron a Raúl a convertirse en un verdadero revolucionario. El no era un estudiante, era un chofer de distribución de confituras en las zonas rurales de la antigua provincia de Las Villas, pero se acercó al Instituto de Segunda Enseñanza de Santa Clara y los Primero de Mayo, los 27 de Noviembre, los 7 de Diciembre y los 28 de Enero, vieron al casi adolescente batirse denodadamente en las calles contra las fuerzas represivas del régimen.

Para impulsar la huelga azucarera de 1955, convocada por José Antonio y los dirigentes sindicales que fueron a verlo, se armó de una pistola y recorrió las calles llamando al pueblo a paralizar las labores y enfrentando a una perseguidora, provocando el desconcierto entre los policías con sus disparos.

Como fundador del M-26 en Santa Clara, participó en actividades de reparto de dinamita, mechas, fulminantes y botellas de gasolina con aceite (cócteles Molotov), proclamas contra el régimen, entre otras actividades. Por ello fue designado Jefe de la Brigada de Acción de los repartos La Victoria y Villa Josefa en Santa Clara.

Con miras a apoyar el desembarco del Granma, participó con otros jefes de brigada en los preparativos para las acciones correspondientes, con los efectos bélicos rudimentarios que pudieron acopiar.

En su casa se acuartelaron con él y sus hermanos, unos 20 compañeros. Al frustrarse el empeño, cayó preso el jefe superior, Quintín Pino Machado y casi todas las brigadas se desintegraron, pero Raúl mantuvo organizada la suya. Pocos días después, el 6 de Enero de 1957, fue detenido y condenado a prisión; enviado a Isla de Pinos. Allí se sumó a la denuncia de los familiares de los presos políticos, confirmando con valentía las arbitrariedades que sufrían los sancionados.

Por ello fue recluido en Bartolina 38 días. Al salir de la prisión 6 meses después, mostró que su espíritu rebelde estaba intacto con un gesto que ha pasado inadvertido: provisto por el Ministerio de Gobernación del pasaje que se entregaba a los que cumplían condena, regresó a su ciudad natal sin hacer uso de él, pues ni eso quería deberle a la tiranía.

Ya en Santa Clara, se incorpora inmediatamente a su Brigada de Acción, bajo las órdenes del compañero “Jacobo” (Comandante Julio Camacho Aguilera), realiza varias acciones, entre ellas el sabotaje a la agencia Ford.

Cuando ocurre la muerte de Frank País, el 30 de Julio de 1957, el sector a su cargo, desde la calle Unión hasta los finales del reparto La Vigía amaneció cerrado, paralizado el comercio, el transporte y demás centros laborales, debido a la labor preparatoria que hizo con anterioridad, visitando personalmente a muchos trabajadores y a cada uno de los dueños de establecimientos en sus casas, para darles la orden de huelga.

Sumido totalmente en la vida clandestina, vivía hoy en una casa y al otro día en otra, hasta el 9 de Abril de 1958, en que por causa de la huelga general convocada, salió junto con 40 compañeros de la Panadería Santa Teresa situada en la calle San Miguel del Reparto Condado, armados con carabinas italianas, entablando combate con las tropas del ejército.

Otros grupos de combatientes no cumplieron las misiones encomendadas, en el resto del país los errores organizativos fueron mayores y la huelga fracasó. Sin abandonar su arma, Raúl Nieves encabeza un grupo de 20 combatientes que con treinta fusiles se incorporan al Frente Guerrillero que el Directorio Revolucionario había abierto en El Escambray.

Detectadas las ambiciones y traición al Directorio de Eloy Gutiérrez Menoyo, quien se entregó a una serie de politiqueros “auténticos”, Raúl Nieves se adhirió sin vacilaciones a los dirigentes del Directorio, tratando de contribuir con su esfuerzo a que no se perdiera el prestigio de la Revolución y no se frenara el avance de su lucha. En ese sentido fueron muy valiosas sus actividades en el seno del campesinado, donde tenía especial consideración por su don de gentes y amabilidad proverbiales, al lado de los líderes campesinos como Juan Miranda y José Antonio Sanchidrián, realizó una feliz labor proselitista que esclareció a los ojos de la población rural, quienes eran los verdaderos revolucionarios en El Escambray.

Era tal la confianza depositada por la jefatura guerrillera del Directorio en Raúl Nieves, que se le encomendó la tarea de guiar con toda seguridad desde la ciudad de Sancti Spíritus al Secretario General de la organización, Faure Chomón, quien era necesario en el Frente para liquidar con su autoridad moral de una vez por todas la influencia de Menoyo sobre una parte de los combatientes. Evadiendo las celadas que los partidarios de Eloy habían concebido para matar a Faure, Nieves llevó sano y salvo, por senderos de montaña hasta el Campamento de Dos Arroyos al máximo dirigente de esa organización. Algo que revela la honestidad de Nieves en ese trayecto, fue que al notar Faure cierta irregularidad en el recorrido le preguntó directamente si se había perdido, lo que Raúl reconoció francamente, pero le dijo que estaba seguro de encontrar el camino de nuevo, lo cual ocurrió al poco rato. En su libro sobre esa gesta, Ramón Pérez Cabrera “Arístides”, da sus impresiones sobre Raúl Nieves:

“Una de las primeras tareas que hicimos por encargo de Piro, fue la de comprar una máquina para la Organización en Cabaiguán. Se compró un Chevrolet del año 1951 color azul claro el cual era manejado por Nieves Morejón ... La primera misión se presentó rápidamente, llevar un cargamento desde Sancti Spíritus hasta Limones Cantero, lugar de contacto de la Comandancia del Directorio en Dos Arroyos ... Felo León había contactado con Mario Pérez, que manejaba una camioneta Chevrolet del año 1956 en muy buen estado ... hablamos a su vez con Emerio Martín Torres, chofer de alquiler que tenía un auto Dodge del año 1952.

En esos dos vehículos decidimos hacer el primer viaje. La estrategia era cargar los pertrechos en Sancti Spíritus temprano en la mañana, para estar antes del medio día en Limones Cantero .. en cada de los Tardío se dejaría el cargamento que posteriormente se llevaría en mulos hasta Dos Arroyos .. La tarde anterior nos ocupamos de comprar maíz en mazorcas que sería la carga que cubriría los pertrechos ... Salimos juntos desde Cabaiguán muy temprano en la mañana. Mario y Felo en la camioneta; rumbo al lugar previamente asignado por Piro para el encuentro con él en Sancti Spíritus. Emerio y yo en el auto para casa de María Josefa, donde recogeríamos al guía que acompañaría la expedición y a sus hermanas Belén y Consuelo, que nos acompañarían en el auto hasta Condado .. El guía que conduciría la expedición era el valeroso revolucionario Raúl Nieves Mestre. En la camioneta sólo irían Felo y Mario simulando llevar un viaje de maíz hasta Condado y nosotros en el auto “limpiando”, es decir, iríamos delante unos diez quince minutos, para detectar si había redadas de los guardias y tener tiempo de virar y avisar.

Fue así como conocí a Raúl Nieves, uno de los más destacados combatientes del Directorio Revolucionario en la lucha guerrillera, especialmente por el arrojo y sangre fría con que día a día cumplió sus misiones de guía hacia las montañas, sabiéndose fichado por el S.I.M. Nadie mejor que Raúl conocía la importancia y trascendencia que sus misiones tenían para la Organización en aquellos cruciales momentos de vida o muerte para los que desafiando la traición, el engaño y el crimen habían jurado vencer o morir por la Revolución. ...

Raúl tenía 22 años, rubio, pelo muy lacio, lampiño, piel blanca, más bien alto y un tanto corpulento, cantaba y jaraneaba todo el tiempo. Sólo breves días transcurrieron cuando ya preparábamos la segunda expedición, esta vez como objetivo principal llevar hasta Dos Arroyos una planta de radio, que sería instalada cercana al campamento central del Directorio. De nuevo Raúl había llegado. Para ese segundo viaje buscamos un transporte distinto. En ese tiempo aún estaban los soldados en el cuartel de la Guardia Rural en el poblado de Condado.

La operación fue montada igual que la anterior, la diferencia era que en la camioneta iban los dos Nieves, Nieves Morejón que manejaba y Raúl Nieves que lo acompañaba.. El viaje fue más tenso que el anterior, sin dudas, la ausencia de Raúl en el auto nos inquietaba. Extrañábamos su constante hablar y sus canciones mexicanas, especialmente La Adelita, que cantaba una y otra vez hasta que Consuelo lo mandaba a callar. Al fin Manaca Iznaga, la espera, pasaron 10 minutos y la camioneta llegó con los dos Nieves a bordo, nosotros apenas los saludamos con las manos y continuamos rumbo a Trinidad para evitar sospechas de algún chivato que pudiera estar en el lugar, ellos doblaron a la derecha y continuaron por el camino hacia el poblado de Condado, pues justamente antes del caserío, a mano izquierda, está la entrada del Camino Real que conduce hasta Limones Cantero.

La Carretera de Trinidad había sido transitada una y otra vez por el Capitán del Directorio Raúl Nieves para bajar y subir miembros de la Organización, durante todo el verano de 1958, utilizando dos accesos hacia el intrincado macizo montañoso. Uno a través de la vía mencionada: Manaca Iznaga, Condado, Limones Cantero y el otro: Loma del Puerto, Río Caburní, Polo Viejo. Por este último lugar sólo unos días antes, Nieves había subido al Comandante Faure Chomón, en su viaje de retorno a El Escambray.

Era Domingo temprano en la mañana, 25 de Agosto, cumpleaños de mi hermana; llegó Raúl a mi casa, la puerta estaba cerrada, las barberías no trabajaban oficialmente los domingos, nosotros lo hacíamos ocultamente. Tocó y preguntó: -¿ Arístides está ? Ya mi padre lo conocía y me llamó. Entró y se sentó en uno de los sillones de pelar que teníamos.

¿ Qué pasa ? le pregunté. Me dijo: -Hace falta una máquina para ir a Limones a llevar tres compañeros que están escondidos en Sancti Spíritus. -¿ Cuándo ? -Ahora mismo, yo no he podido localizar a Nieves Morejón. Raúl en ocasiones localizaba directamente a Nieves Morejón en la piquera de Sancti Spíritus y desde allí salían a realizar distintas misiones. Sabía que no era una broma, Raúl no iba a correr tanto riesgo si el asunto no era de suma urgencia. La piquera de autos de alquiler estaba a menos de una cuadra del Hotel Perla, fui y no encontré ni a Chelo ni a Emerio, los otros dos choferes que eran de la Organización y que podían hacer el viaje además de Nieves Morejón. En ese momento vi. a Héctor Borges parqueando su auto frente al Bar Gallito en la otra esquina de la cuadra.

• Regresé y le conté a Raúl que tenía un chofer dispuesto a ir, que era de confianza. Montamos los dos en el auto de Héctor Borges rumbo a Sancti Spíritus para allí recoger a los tres compañeros del Directorio que era necesario trasladar para las lomas. Se trataba de Carlos Cabalé, conocido por Camagüey, Onelio, El Loco, de Santiago de Las Vegas en La Habana, conocido también como El Habanero y Roberto Morfi, también de La Habana.

El viaje, a pesar de lo favorable de la hora por ser el horario de almuerzo en los cuarteles, era sumamente peligroso. En primer lugar por la composición de los que viajábamos: dos de Cabaiguán, dos de La Habana, uno de Camagüey y el otro, Raúl, ni siquiera podía identificarse, era un ex preso político que vivía en la clandestinidad y en segundo lugar, por el tipo de auto que utilizábamos, pues el chofer, al no ser de alquiler, no podía alegar que éramos pasajeros tomados en la piquera Raúl era el más consciente de esa comprometida situación, acostumbraba en cada caso a tener una coartada y esta vez sabía que no la teníamos. Desde que salimos de la ciudad alertó a Héctor: - No podemos parar por nada -le dijo-, si nos paran los guardias hay que huir como sea, hay que alejarse a toda velocidad de donde estén hasta llegar a un lugar donde podamos tomar un camino hacia las lomas.- Él sabía que la potencia del auto en que viajábamos, un Büick del año 1956 en magnífico estado, permitía esa vía de escape.

..antes de la una de la tarde estábamos entrando por Manaca Iznaga, rumbo a Condado. Divisamos el caserío. Héctor había disminuido la velocidad a causa de lo accidentado del camino. -Dobla a la izquierda- le dijo Raúl a Héctor a la misma entrada del pueblo. -Vamos a seguir hasta Limones Cantero, eso está cerca y el camino es transitable- .. Ningún dueño de un auto tan lujoso se hubiese atrevido a transitar por aquel callejón, sino hubiesen sido tales circunstancias .

Al fin llegamos a casa de los Tardío. Fue un emocionante alivio.. Héctor y yo, junto a Raúl que iba a regresar para Sancti Spíritus, debíamos tomar de nuevo el camino andado con un gran factor en contra, la hora, pues eran casi las cuatro de la tarde y los registros de los esbirros eran muy frecuentes antes de la hora de la comida de los cuarteles.. Casi sin darnos cuenta, después de pasar la línea del ferrocarril que atravesaba la carretera de Trinidad a muy pocos kilómetros de la entrada de Sancti Spíritus, caímos en una redada del ejército.

Eran cuatro uniformados con armas largas y dos civiles, los hijos del Comandante Mirabal con sus inconfundibles ropas y sombreros de vaqueros, sus cananas de balas, sus revólveres en la cintura y en la mano derecha la fusta de cuero sin curtir. No había más alternativa que parar. Había dos o tres carros que entorpecían la visibilidad y la posibilidad de huir.. -Abran el maletero y el capó - nos dijo uno de los Mirabales. Un soldado los registró mientras que otro levantaba los asientos y registraba detenidamente el auto por dentro, después registraron por debajo. -No hay nada-, le dijo un soldado a uno de los vaqueros; sólo habían encontrado botellas de cerveza vacías. -Pueden continuar- nos dijeron sin hacer ninguna pregunta. Ni una palabra habíamos hablado en todo el registro. Pasaron más de dos minutos hasta entrar dentro de la ciudad, nos miramos y no sabíamos que decir, al fin Raúl dijo: -Hermanos nos hemos salvado, el destino no nos tenía fijado este día como el día final. “

Por su sangre fría, capacidad de improvisación para evadir los peligros y la impetuosidad de sus acciones, comenzó a recibir entre sus íntimos el sobrenombre de “Cherekán”, en analogía con el tigre que Rundyar Kipling menciona en su novela, aunque ni por asomo tenía la crueldad de la fiera.

Después de la expulsión pública de Menoyo, quien prometió alejarse del Escambray, Raúl Nieves continuó su imprescindible y arriesgada tarea como enlace con la retaguardia en Sancti Spíritus, lo cual llegó a preocupar mucho a los Comandantes Humberto Castelló y Faure Chomón. Este último decidió que era el momento de sustraerlo al peligro inevitable que ya amenazaba su vida.

Raúl participa en el ataque al cuartel de Caracusey, el 20 de Noviembre de 1958 y en el rechazo del avance del ejército hacia Limones Cantero, ese propio mes. Por sus cualidades de caminador rápido e incansable por montañas y llanos, de valor probado en el combate, por su astucia y sagacidad para enfrentar y evitar situaciones adversas, por su origen humilde y sensibilidad por los desvalidos, Raúl estableció fácil identificación con Faure y a su lado su instinto de justicia se desarrolló como conciencia de clase e igual proceso ocurrió con la mayor parte de los combatientes y oficiales.

El vuelco organizativo total, iniciado por el Secretario General del Directorio Revolucionario, transformó en pocas semanas a un simple conglomerado de hombres en guerra en un ejército revolucionario: disponiendo el control de zonas geográficas inmediatas al territorio enemigo, ordenando la incorporación de la mayor parte de los combatientes clandestinos de las ciudades y creando nuevas unidades combativas e incluyó normas para las relaciones con el campesinado y la población en general, regidos por una ética no sólo interna y de respeto a los miembros de otras organizaciones, también en el trato al enemigo.

En Noviembre de 1958 Raúl Nieves fue designado Jefe del Comando Ramón Pando Ferrer, con el grado de Capitán, como segundo se le situó al Teniente Victor Dreke , estrechamente identificado con Raúl, ambos fueron muy queridos por los subordinados. Faure les ordenó operar en la zona comprendida por Manicaragua, Minas Bajas, Minas Ricas, Guabina, Los Azules, Provincial y Mataguá hasta la propia entrada de Santa Clara. El núcleo inicial de 18 combatientes salió del campamento central de Dos Arroyos y se asentó el primer día en la Finca Palo Prieto. Al segundo día el campamento se trasladó para Minas Bajas un minúsculo caserío situado en las inmediaciones del camino que va de la carretera de Manicaragua, en su parte cercana a Santa Clara, al poblado de Báez donde había una guarnición del ejército.

El 4 de Diciembre de 1958 Raúl Nieves comienza las operaciones de su comando con la paralización del tráfico en la carretera de Manicaragua, en el tramo de Seibabo y Mataguá, se detiene a varios esbirros que tripulaban un auto.

8 de Diciembre de 1958 conduce el primer ataque a la torre de televisión a la entrada de Santa Clara por la carretera de Manicaragua, para destruir sus equipos e incursiona en el poblado de Jorobada, desde cuya estación telefónica llama al Regimiento del ejército anunciando su presencia y conminándolo a que viniera a desalojarlo del lugar. En el parque pronuncia un discurso a la población, donde explica la política de unidad de Faure y la importancia del Pacto del Pedrero entre el Directorio Revolucionario y el 26 de Julio para la victoria de la Revolución.

10 de Diciembre. Se realiza una incursión al pueblo de Báez cuya ocupación duró 3 horas, sin que el ejército saliera a combatir.

12 Diciembre Emboscada a dos autos del SIM a la entrada de Guaracabuya, se ocupó un auto, un fusil y se hirió a un soldado.

13. Nuevo ataque a la torre de televisión y choque con una patrulla enemiga al regreso, sin tener bajas.

16 de Diciembre .Dirige las emboscadas en el camino que viene de Santa Clara a Báez y participa en la rendición de ese cuartel, lograda por Faure, con lo que se cortaba la posibilidad de ayuda desde la capital provincial al cuartel enemigo de Fomento, donde combatía la Columna 8.

17 de Diciembre. Víctor Dreke y otro miembro del Comando de Nieves participan en el rescate de Joaquín Milanés “El Magnífico”, cuando era trasladado de la Audiencia en Santa Clara. En la acción muere el Comandante Ramón González Coro, jefe de esa operación.

19 de Diciembre. Dirige personalmente un grupo que entra de nuevo a Santa Clara, se destruye un bar. a la entrada de la ciudad, se tirotea un puesto militar al lado de un servícentro o gasolinera, la policía, ni el ejército acuden al desafío.

22 Diciembre. Ocupa con su comando el pueblo de Mataguá, cuyo cuartel había sido evacuado por informes que enviara a su jefe sobre el ataque el traidor Sinesio Walsh Ríos.

23 Diciembre. Dirige el combate y toma de Manicaragua, apoyado por el comando del Capitán José Moleón y su segundo, el Teniente Ramón Espinosa Martín.

28 de Diciembre. Entrada al amanecer en Santa Clara, bajo el ametrallamiento de la aviación, Nieves dirige las tropas que cercan y toman al Escuadrón 31 y Juan Abrantes, “El Mexicano”, las que se ocupan del Cuartel de Vigilancia de Carreteras o motorizado.

Es ascendido a Comandante del Ejército Rebelde el 1 de Enero de 1959 y se mantiene activo con ese grado hasta Mayo de 1964 en que pasa a ocupar responsabilidades en el Ministerio de Transportes, primero como Supervisor General en Autoridades Portuarias donde hizo un meritorio trabajo en unión del Comandante Humberto Castelló.

Es trasladado a la Empresa de Ferrocarriles de Cuba, donde ocupa las siguientes responsabilidades: Superintendente General de Vías y Obras y Comunicaciones del Sistema Este, desde la provincia de Las Villas, hasta el ramal que va desde Director de la División Oriente, Director de la Base Constructora de la Vía Férrea del Centro y tuvo la responsabilidad de la construcción del primer tramo con la última tecnología en la vía central, al emplearse traviesas de hormigón con fijaciones elásticas y carril 8-58.

Después fue nombrado Jefe de la “Distancia” de Vías y Puentes en Camagüey, donde dirigió a pie de obra la reconstrucción del tramo de vía férrea de Martí a Santa Lucía, que incluía por primera vez la sustitución de los puentes de madera por puentes de hormigón armado Construcción del ramal Omaja de 28 kilómetros que enlazaban 51 centros de acopio de caña, con vistas a garantizar la zafra gigante de 1970 de los centrales azucareros Urbano Noris y Antonio Guiteras y la Estación de Jobabo, Construcción para el ferrocarril rápido del tramo de Placetas y Combates a Calabazar y del de Santayana a Siboney para el mismo.

Trasladado a La Habana, labora en la Empresa Terminales Mambisas. Entre otras distinciones, recibió una muy estimada para él: la de Hijo Ilustre de Santa Clara.

Fallece en la capital cubana el 11 de Enero de 2003, como expresara en un documento: “identificado siempre con la política nacional e internacional de la dirección de la Revolución cubana, con la ideología y filosofía marxista-leninista”. Raúl Nieves Mestre no sólo fue un brillante organizador, sino que se preocupó siempre de los problemas personales y familiares de sus compañeros y subordinados, tanto en la insurrección como en la paz, tendiendo su mano solidaria en todas las oportunidades para ayudar a solucionarlos.

 


Tomado de Ariel Barreras Enrich.

 

 


 

GRUPO DE HISTORIA DE LA LUCHA REVOLUCIONARIA EN SANTA CLARA (ACRC)

1 comentario

Diosdado -

De izq. a derecha, Raul Nievas, Victor Bordón, Faure Chomon, Lázaro Expósito, Margot Machado Padrón, Miguel Diaz Canel, Guillermo Rodríguez del Pozo y Guillermo Anido "El buho"